

En nombre de Annette Portier, el Comité Ejecutivo del WDPIC, especialmente de Shee Wong y de Zenaida Matturan, sus socias asiáticas del WDP y sus hermanas del DMO de todo el mundo, les envió estas palabras en la seguridad de nuestros rezos y nuestras condolencias para todas/os aquellos que están viviendo estos trágicos momentos.
Los Comités del DMO están buscando la manera de enviar ayuda para los centenares de miles en Japón que la necesiten, para poder así recuperar lo que el devastador terremoto, la réplica sísmica y el tsunami han destruido.
Sabiendo que el WDP de Japón es parte del Consejo Nacional de Iglesias de Japón, queremos apoyarle en sus esfuerzos por la contención, sabiduría, comprensión y consuelo que deben brindar a tanta gente, que lucha sintiendo una gran impotencia ante estos hechos.
Además algo que eclipsa a este poder de reconstrucción, son los daños causados a los reactores atómicos en Kuhuschima. Lo que suceda ahí afecta también la región del Pacífico de Asia, teniendo un potencial para alejar más al territorio.
Con respecto a los reactores nucleares sería provechoso recordar el rezo del DMO 1992, en lo que nos recuerda vivir sabiamente con la creación y su llamado para examinar nuestras formas de vida y tomar decisiones para que nuestras vidas estén más armónicas y cercanas a
Leímos en ese año y podemos reelerlo la historia de Babel y de su precaución para vivir, sabia, humilde y largamente.
El evangelio elegido fue Mateo 20: 29-34; cuando están gritando dos hombres cultos, uno dice “Jesús hijo de David ten misericordia de mi”, Jesús le pregunta que es lo que quiere y el responde “dejad nuestros ojos abiertos”.
Sinceramente
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